La llamada generación del 98 no fué
un fenómeno cultural que se restringió a España. Hubo también portugueses que
participaron en movimiento de ideas semejante. Uno de ellos fué, sin lugar a
dudas, Sampaio Bruno (1857-1915), espíritu liberal y antipositivista convicto.
El más importante representante de la generación del 98 sería, con todo,
Fidelino de Figueiredo. Se trata de un representante tardío, influenciado
especialmente por Miguel de Unamuno (1864-1936).
Los rasgos característicos de esta
generación en Portugal recuerdan, como sucedió también con su correspondiente
española, el movimiento de ideas de 1870. En Portugal este movimiento se centró
en las famosas Conferências do Cassino,
en las cuales Antero de Quental (1842-1891) colocó a la luz del día la negativa
herencia del absolutismo lusitano, que instauró, como más tarde diría el propio
Fidelino de Figueiredo, una tacaña aduana cultural que cerró el país a la
ciencia moderna y a la democracia.
La generación del 98 española se
afilió también a esta herencia cultural de inspiración liberal que hizo la
crítica a las arcaicas instituciones, que Azorín caracterizó genéricamente como
lo
viejo. En qué consiste esto? Oigamos al pripio Azorín, en su famoso
artículo del 10 de febrero de 1913, publicado en el diario ABC: "Lo Viejo (...) es lo que no ha tenido nunca
consistencia de realidad, o lo que habiéndola tenido un momento, ha dejado de
tenerla para ajarse y carcomerse. Lo viejo son también las prácticas viciosas
de nuestra política, las corruptelas administrativas, la incompetencia, el
chanchullo, el nepotismo, el caciquismo, la verborrea, el mañana, la trapacería
parlamentaria, el atraco en forma de discurso grandilocuente, las conveniencias
políticas que hacen desviarse de su marcha a los espíritus bien inclinados, las
elecciones falseadas, los consejos y cargos de grandes compañías puestos en
manos de personajes influyentes, los engranajes burocráticos inútiles, todo el
denso e irrompible ambiente, en fin, contra el cual ha protestado la generación
de 1898, pero cuya protesta ha sido preparada, elaborada, hecha inevitable por
la crítica de la generación anterior" [Azorín, 1998].
Miguel de Unamuno se destacó como el
abanderado de la libertad, entre los intelectuales pertenecientes a la
generación del 98. El destierro en Madrid, al que se vió sometido Fidelino de
Figueiredo a causa de su espíritu liberal (1927-1929), le permitió conocer la
obra del pensador español con quien mantuvo larga correspondencia, habiendo
recibido de él, sin duda alguna, la inspiración para su concepción agónica de
la existencia, así como la faceta de sentidor
que caracteriza a su biografía interna. De su estadía en Madrid y de la
influencia allí recibida de Unamuno, Fidelino de Figueiredo trajo, como destacó
con propiedad Antonio Quadros, en el verbete que le dedicó en la Enciclopedia Logos [1990: vol. 2, p.
559-563], "(...) además de diversos trabajos acerca de la cultura del
vecino país, el libro As duas Espanhas
[Figueiredo, 1931], en el que llegaba a la conclusión de que había, en la
esencia de la civilización hispánica un principio de lucha, constituido por la
oposición permanente entre la variedad centrífuga y la unificación centrípeta,
entre la heterodoxia y el felipismo. Profeta (pues la guerra civil sólo
estallaría algunos años más tarde), Fidelino de Figueiredo analiza las dos
Españas irreconciliables, mas indispensables la una a la otra, como las dos
mitades de una concha bivalvo, destacando que de su encuentro y permanente
estado de guerra es de donde estalla la creación española, nacionalmente
española y haciendo hincapié además en que Portugal, arrancado por el mar para
siempre de la masa continental ibérica, país atlántico (...), no forma parte de
ninguna de las dos Españas".
Fidelino de Figueiredo nació en
Lisboa en 1888 y murió en la misma ciudad en 1967. Desde muy temprano
estableció relaciones con las más importantes figuras del mundo literario
portugués y extranjero, como lo atestigua su copiosa correspondencia. Su
vinculación intelectual con el Brasil es temprana. Ya en 1913, según se puede
deducir de su correspondencia con Max Fleuiss, secretario perpetuo del
Instituto Histórico y Geográfico Brasileño, ingresaba en esta institución
[Fleuiss, 1913].
Como ya se destacó anteriormente, un
período importante en la evolución intelectual de Fidelino de Figueiredo fue
marcado por su permanencia en España entre 1927 y 1929, a partir de su
destierro de Portugal, motivado por el sectarismo político entonces reinante.
Julio García Morejón [1967: 15] destaca de la siguiente forma el origen del
acendrado hispanismo que desde temprano animó a Fidelino: "El hispanismo
de Fidelino de Figueiredo oculta hondas raíces. Discípulo de los historiadores
y críticos que arrancan de la renovación ejercida por Menéndez y Pelayo, fue el
primer heraldo en Portugal de los avances de la Junta para la Ampliación de
Estudios, cuyo funcionamiento fue a estudiar a Madrid en 1913, y de la que dijo
que significaba una nueva era en la
historia de la España culta, porque inició la renovación intelectual de este
país. No sabemos si antes de 1913 se le ofreció ocasión de establecer
contactos estrechos con esta cultura, lo que nos obliga a situar alrededor de
dos fechas su quehacer y su entusiasmo hispánico. Una, la citada en 1913,
momento en que recoge las ideas que lanzan al terreno de la cultura hombres
extraordinarios, como don Ramón Menéndez Pidal, Ramón y Cajal y Rafael
Altamira, entre otros, y otra, la de 1927, fecha en que, merced a avatares
políticos, se refugia en Madrid, hasta el mes de julio de 1929, en que termina
su exilio".
En Madrid fue profesor de literatura
portuguesa y española en la Universidad Central. Julio García Morejón [1967:
17-18] relata así el ingreso de Fidelino de Figueiredo en España y su motivación:
"En 1927 (...) entra (...) en España, tras una dolorosa romería por las
colonias de Portugal localizadas en el África occidental. Llega a Bordeaux y el
profesor Cirot le invita a ir a París. El ensayista portugués le responde lo
que, en situación semejante, acaba de responder don Miguel de Unamuno a la
llamada de amigos franceses, y se instala en Madrid, desde donde le será más
fácil sentir el pulso de su Patria, el sonido de la outra campana ibérica. Sus
primeras agonías las colecciona en uno de sus mejores libros, que tiene mucho
de nivola unamuniana y que nos lleva
hasta el contradictorio escritor vasco desde el título: Um colecionador de angústias".
El hecho de haber sido desterrado de
su patria por motivos de sectarismo político, condicionará el rasgo anti
partidarista de su obra intelectual. Fidelino insistirá, hasta el final de su
vida, en la necesidad de que el intelectual supere los estrechos límites de los
condicionamientos partidistas. Y criticará severamente la obra de los
intelectuales comprometidos con el sectarismo político, como Teófilo Braga
(1843-1924), por ejemplo.
En la primavera de 1931, Fidelino de
Figueiredo realiza su primer viaje a los Estados Unidos. En la Universidad de
Stanford pronunció una memorable conferencia sobre la interpretación de la
historia española. En 1936 Fidelino realiza su segundo viaje a los Estados
Unidos. En una serie de conferencias que pronunció en la Universidad de
Columbia de Nueva York, el autor amplió su visión acerca del carácter español
en un estudio comparativo de las literaturas española y portuguesa, que
constituyó su obra titulada Pyrenne [Figueiredo,
1935].
En 1942 Fidelino de Figueiredo
ingresó en la Academia Brasileña de Letras. Para ese entonces, el pensador
portugués ya se había radicado en el Brasil, país en el que vivió entre 1938 y
1951, justamente la época que corresponde a su madurez intelectual. Fué
profunda la marca que Fidelino dejó en la cultura brasileña, a partir de la
Cátedra de Literatura Portuguesa que rigió en la Universidad de São Paulo. Tuvo
discípulos eminentes, como Antonio Soares Amora, quien se casó con la hija de
Fidelino, doña Helena, y sucedió al maestro en la cátedra de Literatura
Portuguesa. Fidelino de Figueiredo inspiró en sus discípulos la idea de la
renovación de la enseñanza a nivel del bachillerato, mediante una sólida
formación humanística. En este punto Fidelino se inspiró en la Institución
Libre de Enseñanza, creada en España por don Francisco Giner de los Ríos. Fruto
del influjo de Fidelino de Figueiredo en el terreno de la educación fue el
proyecto desarrollado por la Televisión Educativa en São Paulo, bajo la
dirección de Antonio Soares Amora, con la finalidad de buscar derroteros nuevos
para la formación humanística, que contasen con el auxilio de las modernas
tecnologías en el campo de las telecomunicaciones. Otros discípulos de renombre
de Fidelino de Figueiredo en el Brasil fueron
Segismundo Spina y Massaud Moisés. Este último desarrolló meritorio trabajo de
divulgación de las letras portuguesas, como titular de la cátedra de Literatura
Portuguesa y como director del Centro de Estudios Portugueses de la Universidad
de São Paulo.
Siete observaciones básicas se pueden
hacer en relación con el pensamiento de Fidelino de Figueiredo:
1) La obra del pensador portugués se
divide en dos grandes partes: de cuño literario (o de crítica literaria) y de
cuño filosófico en sentido amplio, o sea, como reflexión sobre la problemática
humana, sin mayores pretensiones de sistematización.
2) Fidelino de Figueiredo es
caracterizado por Antonio Soares Amora como un pensador típico de fines del
ochocientos [cf. Amora, 1979]. Tanto su concepción un poco conservadora del
liberalismo político, como su percepción de la realidad social y la
preocupación por reivindicar una dimensión espiritualista para el obrar
político, son manifestaciones de ese espíritu, que coloca a la obra
figuerediana en una dimensión muy próxima a la de Alexandre Herculano
(1810-1877). Otro elemento de semejanza con Herculano es la visión crítica que
Fidelino tiene con relación al hombre moderno en sociedad, a causa de la
preterición de los valores espirituales.
3) Soares Amora destaca también la
importancia que tuvo la figura de Antero de Quental en la obra de Fidelino de
Figueiredo. Su reflexión sobre la muerte, que a partir de la década del 40 se
irá profundizando, es proveniente de ese influjo de Antero, cuya obra fue
profundamente estudiada por nuestro autor.
4) Pero si hubo un influjo decisivo
en la vida interior de Fidelino de Figueiredo, ese fue, como quedó destacado al
comienzo de este trabajo, el recibido de Unamuno. Fidelino de Figueiredo
escribe su vida unamunianamente, a la manera de una nivola. Se define como coleccionador
de angustias. La imagen que más le agradaba trazar de su infancia, es la
del pequeño coleccionador de las angustias que le depara la vida, llena de
misterios.
5) Otro rasgo, éste al parecer de los
estudiosos el más fuerte de la inspiración unamuniana de Fidelino, es su
valoración incondicional de la libertad, como el bien más apreciado por el que
vale la pena luchar y morir. La reflexión de Fidelino es básicamente de
carácter antropológico. El pensador portugués aprehende la existencia como
libertad. Salido del seno de la naturaleza, el hombre es débil, el más carente
de los animales. Mas, en medio de esa debilidad estructural, el hombre
construye su grandeza en la hercúlea obra prima de la libertad, que es la
cultura. La grandeza de la cultura, según Fidelino de Figueiredo, se aprecia
especialmente en el arte. Éste, lejos de consistir en una simple imagen de la
realidad es, en su esencia, una supra-realidad en la que el mundo gana nueva
vida, gracias a la perpetuidad de los valores engendrados por la poesía. Ésta,
en palabras del pensador portugués, "suprime el tiempo y cristaliza
paisajes espirituales de belleza inmortal, superiores e independientes con
relación a las variaciones arbitrarias del fluir cotidiano" [apud Pereira,
1962: 298].
6) La importancia que Fidelino de
Figueiredo le atribuye a la afirmación de la libertad en el arte, tiene otra
manifestación no menos importante: la concretización del ideal moral de la
autenticidad. Ésta tiene en el pensamiento figuerediano una traducción: la
dignidad. El ejemplo de dignidad ajena a cualquier compromiso con el sectarismo
político o con la riqueza, es un bello ideal que Fidelino aprendió de boca de
su madre. La lección materna se concretizó en un ejemplo: el del consejero
Mendes Leal, padrino de la progenitora de Fidelino [cf. Figueiredo, 1957: 55].
7) Esta vivencia de la libertad como
imperativo categórico de la dignidad encuentra, en el pensamiento de Fidelino
de Figueiredo, un terreno fértil de realización: la vivencia de la amistad. En
ésta, piensa el escritor portugués, es posible vivir, de manera plena, una existencia
liberada de los intereses políticos y económicos. La amistad, sólidamente
afincada en el cultivo del arte y de los valores del espíritu, es la mayor
realización del ideal moral figuerediano. En esa lección de dignidad puede ser
sintetizada su vida. Vale la pena citar, para terminar, las palabras de
Fidelino de Figueiredo en su obra Diálogo
ao espelho [1957: 71]: "(...)
Si nuestra obstinación en ver en la muerte el fin de todo a todos vence, nada
ganamos, porque todo acaba, pero también nada perdemos por haber vivido con
dignidad; si nuestra obstinación es vencida, nada perdemos, porque poseemos una
honrada fe de oficio para mostrar como pasaporte que nos recomienda, honrada
porque hizo de la propia honra su objeto único e ignoró todo cálculo, toda adulación
y cualquier miedo. Si vous gagnez, vous
ne gagnez rien; si vous perdez, vous gagnez la valeur de votre vie (...)".
BIBLIOGRAFIA CITADA
AZORÍN [1998] "Azorín y la
generación del 98". ABC, Madrid,
vienes 2 de enero de 1998. Reproducción del artículo de Azorín sobre la
Generación del 98, publicado por ABC en
10 de febrero de 1913.
AMORA,
Antonio Soares [1979]. Entrevista
concedida a Ricardo Vélez Rodríguez en São Paulo-Brasil, en 10 de septiembre.
FIGUEIREDO,
Fidelino de [1931]. As duas Espanhas.
Lisboa: Guimarães.
FIGUEIREDO,
Fidelino de [1935]. Pyrenne. São
Paulo: Companhia Editora Nacional.
FIGUEIREDO,
Fidelino de [1951]. Um colecionador de
angústias. São Paulo: Companhia Editora Nacional.
FIGUEIREDO,
Fidelino de [1957]. Diálogo ao espelho.
Lisboa: Guimarães.
FLEUISS, Max
[1913]. Carta a Fidelino de Figueiredo. Correspondência
passiva de Fidelino de Figueiredo. São Paulo: Universidade de São Paulo -
Centro de Estudos Portugueses.
GARCÍA
Morejón, Julio [1967]. Dos
coleccionadores de angustias. São Paulo: Faculdade de Filosofia, Ciências e
Letras de Assis.
PEREIRA,
Carlos de Assis [1962]. Ideario crítico
de Fidelino de Figueiredo. São Paulo: Universidade de São Paulo - Faculdade
de Filosofia, Ciências e Letras.
QUADROS,
Antonio [1990]. "Fidelino de Figueiredo". Lógos - Enciclopédia Luso-Brasileira de Filosofia. Lisboa: Verbo,
vol. 2, pg. 559-562.
Nenhum comentário:
Postar um comentário