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sábado, 29 de outubro de 2011
quinta-feira, 27 de outubro de 2011
SUPERANDO A CORRUPÇÃO
Capa da edição inglesa da obra Superando a Corrupção, de Bertrand Speville |
O advogado Bertrand Speville, que assessora, em vários países, o combate à corrupção |
Seria interessante que se estudasse melhor, no Brasil, o fenômeno da corrupção. Ao contrário do que muitos petralhas imaginam, ela não é essencial aos regimes democráticos. Embora enraizada na cupidez humana, a corrupção pode, sim, ser combatida e colocada sob controle. É o que afirma especialista no tema, Bertrand de Speville, que esteve à frente do processo de saneamento da província de Hong Kong, no livro que acaba de lançar na Colômbia, intitulado: Superando la corrupción (Bogotá: Editorial Planeta, 2011) e que valeria a pena que fosse traduzido para o português e publicado no Brasil. A fim de ilustrar o tema, reproduzo, a seguir, a entrevista que o mencionado autor concedeu ao jornal El Tiempo, de Bogotá (edição de 27-10-2011):
Bertrand de Speville, propone en libro tácticas que gobiernos deben plantear para ganar la batalla.
El inglés Bertrand de
Speville es uno de los mayores expertos en el mundo en la lucha contra la
corrupción. Este abogado inglés fue procurador general de Hong Kong y allí
dirigió la Comisión Independiente contra la Corrupción. Hoy, asesora al grupo
multidisciplinario contra la corrupción del Consejo de Europa y a otras
instituciones dedicadas a atacar ese flagelo en el mundo. Es autor de un libro
clave sobre el tema, Superando la corrupción, que acaba
de salir en español (Planeta).
Su libro lanza un dato que sorprende: dice que no hace muchos años la corrupción era vista con buenos ojos por economistas respetados.
Hace unos 20 o 25 años hubo una escuela de economistas en el mundo que creía que la corrupción era positiva y que ofrecía beneficio económico, pues ayudaba a 'aceitar la rueda' de negocios y transacciones. Esta escuela ha sido totalmente revaluada. Pero no es sorprendente que muchos de nosotros -seres ordinarios, no economistas- también estemos confundidos.
De ahí que uno de los aspectos que hay que combatir sea esa ambivalencia con respecto a la corrupción. Entenderla como algo destructivo que no forma parte de la vida normal.
Por cierto, hace poco, un vinculado a este delito en Colombia dijo que la corrupción "es inherente al ser humano"...
No lo creo así. Todos los seres humanos tenemos debilidades. La avaricia es una. La corrupción es otra, la tendencia a sobornar.
Pero, en general, en todos los países, en todos los códigos, hay claridad en que es moralmente incorrecto y es un crimen serio.
¿Los países en desarrollo somos más susceptibles?
Todos somos susceptibles. Mi país, el Reino Unido, ha tenido escándalos gravísimos de corrupción. Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos. La diferencia es que un país en vía de desarrollo, o un país en transición, es más frágil. El efecto de la corrupción en estos países es más dañino.
Aún más si se suma al narcotráfico o a grupos por fuera de la ley...
La dificultad es que la corrupción es de gran ayuda para organizar el crimen. Los criminales han reconocido que destinar unos dólares para asegurarse de que drogas, armas o mujeres lleguen a la frontera es más seguro y eficiente que la violencia. Por eso, el ente establecido contra la corrupción debe poder investigar otras formas de criminalidad, si se sospecha que la corrupción las facilita.
Usted plantea que la represión no sirve por sí sola.
La represión es esencial, pero la estrategia contra la corrupción no
puede quedarse en ella. Debe tener tres elementos básicos: represión, prevención y educación con apoyo público. Estos elementos, coordinados estrechamente, son el arma contra la corrupción. Durante la primera parte del último siglo, el mundo reaccionó de manera tradicional y ortodoxa -castigos, personas en la cárcel-, y el problema empeoró. Luego, en un lugar como Hong Kong, se dieron cuenta de que eran necesarios los tres elementos.
¿Cómo debe funcionar la prevención?
El elemento de prevención no tiene que ver con la gente, sino con los procedimientos en los que las personas están inmersas. El sistema es el que presenta la oportunidad de corrupción. Nosotros somos humanos, no santos. Si cada día de nuestra vida se nos ofrece la tentación de ser deshonestos, en el sistema donde trabajamos, tarde o temprano sucumbimos. Entonces, el tema es asegurar que el sistema no presente esa tentación. Puede ser un contrato multimillonario para una obra, un tratamiento médico, la obtención de un pasaporte... La prevención consiste en detectar dónde hay oportunidad de corrupción en el sistema.
¿Y la educación?
Es para hacer que las personas entiendan por qué la corrupción es negativa. Comprender cuál es la parte individual que debe aportarse para acabarla y que no lo vean como algo con lo que se tiene que vivir. Porque, como dijo el presidente Juan Manuel Santos en el prólogo de mi libro, un gobierno no puede obrar solo. Necesita el apoyo de la comunidad.
¿Los líderes saben cómo actuar contra la corrupción?
No. Y esa es la razón de ser del libro. Para que no asuman que saben y se preparen.
¿Qué casos le han sorprendido al estudiar el tema?
He visto muchos en los cuales me ha sorprendido la avaricia de la gente en posiciones en las cuales no necesita el dinero. Tienen mucho y, sin embargo, quieren más. Peter Eigen, fundador de Transparencia Internacional, habla de la anécdota de un investigador de salud en el Japón que durante años estuvo a cargo de una importación de plasma infectado con sida. Y lo debió hacer por muy poca plata... Hay casos en los que no se entienden las razones.
Uno de los problemas es la falta de denuncia...
Esta actitud existe en muchos países. Si tengo información, por qué arriesgarme a un problema, si no va a hacer la diferencia. No sé en Colombia, pero en muchos países la Policía es una de las organizaciones más corruptas, entonces, ¿cómo voy a hablar con ella? Todos esos factores hacen que el público sea reacio a suministrar información. Como no se trata de un crimen, sino de algo por debajo de la mesa, hecho en la oscuridad, nadie lo va a saber y ambas partes están contentas. Pero sin denuncias, los investigadores no pueden hacer nada.
¿Este cambio se esperaría solo en las nuevas generaciones?
La educación debe hacerse en todos los niveles de la sociedad y en todos los grupos de edad. Existe una edad en la cual el niño sabe la diferencia entre darle una manzana a un profesor por afecto o dársela para que le mejore una nota. Los profesores saben de qué edad se trata. Los jóvenes policías que van por primera vez a las calles también necesitan saber los peligros del soborno. El sargento que los entrena debe darles el mensaje. Los jueces, los líderes políticos, los servidores sociales, todos tienen que encontrar la manera de que el mensaje llegue.
Podría pensarse que se lucha contra algo inamovible.
Si los fundamentos son firmes, se puede constituir algo duradero. En Hong Kong, al principio, dijeron que era una pérdida de tiempo, que era luchar contra una cultura de 5.000 años. Y los cambios han sucedido en el espacio de una generación.
¿El problema es la fragilidad en la voluntad política?
Ese es el punto clave: la voluntad política. Sin ella no podemos ir a ningún lado. Es el Gobierno, a alto nivel, el que debe tomar la decisión. De lo contrario, la lucha es frágil. Y esa voluntad política es como la llama de una pequeña vela: cualquier brisa política puede apagarla. ¿Cómo fortalecerla? Una manera es no tomar a la gente por sorpresa: los ciudadanos deben expresar sus pensamientos y darse cuenta de los valores de tener esta causa contra la corrupción.
¿Qué efectos produce ganar esta batalla?
Si se le preguntara a alguien de Hong Kong si vale la pena luchar contra la corrupción, encontraría esta pregunta muy extraña. Dirían que es la mejor inversión que han hecho. Los empresarios, que antes pedían que se mantuvieran lejos de sus negocios, hoy dirían lo mismo.
¿Existe diferencia entre corrupción pública y privada?
El mecanismo es el mismo. Si existe corrupción en una comunidad por mucho tiempo, se afectan todos los niveles. En el sector privado, puede ser tan dañina o letal para el país como en el sector público. Por supuesto, lo que encontramos es que la mayor parte de quejas tienen que ver con el sector público, pero esta proporción ha cambiado.
¿Hay corrupción pequeña?
Sí. Darle unos pesos a alguien para que nos encuentre un cupo en el parqueadero, por ejemplo. El error es pensar que esa no es importante.
Su libro lanza un dato que sorprende: dice que no hace muchos años la corrupción era vista con buenos ojos por economistas respetados.
Hace unos 20 o 25 años hubo una escuela de economistas en el mundo que creía que la corrupción era positiva y que ofrecía beneficio económico, pues ayudaba a 'aceitar la rueda' de negocios y transacciones. Esta escuela ha sido totalmente revaluada. Pero no es sorprendente que muchos de nosotros -seres ordinarios, no economistas- también estemos confundidos.
De ahí que uno de los aspectos que hay que combatir sea esa ambivalencia con respecto a la corrupción. Entenderla como algo destructivo que no forma parte de la vida normal.
Por cierto, hace poco, un vinculado a este delito en Colombia dijo que la corrupción "es inherente al ser humano"...
No lo creo así. Todos los seres humanos tenemos debilidades. La avaricia es una. La corrupción es otra, la tendencia a sobornar.
Pero, en general, en todos los países, en todos los códigos, hay claridad en que es moralmente incorrecto y es un crimen serio.
¿Los países en desarrollo somos más susceptibles?
Todos somos susceptibles. Mi país, el Reino Unido, ha tenido escándalos gravísimos de corrupción. Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos. La diferencia es que un país en vía de desarrollo, o un país en transición, es más frágil. El efecto de la corrupción en estos países es más dañino.
Aún más si se suma al narcotráfico o a grupos por fuera de la ley...
La dificultad es que la corrupción es de gran ayuda para organizar el crimen. Los criminales han reconocido que destinar unos dólares para asegurarse de que drogas, armas o mujeres lleguen a la frontera es más seguro y eficiente que la violencia. Por eso, el ente establecido contra la corrupción debe poder investigar otras formas de criminalidad, si se sospecha que la corrupción las facilita.
Usted plantea que la represión no sirve por sí sola.
La represión es esencial, pero la estrategia contra la corrupción no
puede quedarse en ella. Debe tener tres elementos básicos: represión, prevención y educación con apoyo público. Estos elementos, coordinados estrechamente, son el arma contra la corrupción. Durante la primera parte del último siglo, el mundo reaccionó de manera tradicional y ortodoxa -castigos, personas en la cárcel-, y el problema empeoró. Luego, en un lugar como Hong Kong, se dieron cuenta de que eran necesarios los tres elementos.
¿Cómo debe funcionar la prevención?
El elemento de prevención no tiene que ver con la gente, sino con los procedimientos en los que las personas están inmersas. El sistema es el que presenta la oportunidad de corrupción. Nosotros somos humanos, no santos. Si cada día de nuestra vida se nos ofrece la tentación de ser deshonestos, en el sistema donde trabajamos, tarde o temprano sucumbimos. Entonces, el tema es asegurar que el sistema no presente esa tentación. Puede ser un contrato multimillonario para una obra, un tratamiento médico, la obtención de un pasaporte... La prevención consiste en detectar dónde hay oportunidad de corrupción en el sistema.
¿Y la educación?
Es para hacer que las personas entiendan por qué la corrupción es negativa. Comprender cuál es la parte individual que debe aportarse para acabarla y que no lo vean como algo con lo que se tiene que vivir. Porque, como dijo el presidente Juan Manuel Santos en el prólogo de mi libro, un gobierno no puede obrar solo. Necesita el apoyo de la comunidad.
¿Los líderes saben cómo actuar contra la corrupción?
No. Y esa es la razón de ser del libro. Para que no asuman que saben y se preparen.
¿Qué casos le han sorprendido al estudiar el tema?
He visto muchos en los cuales me ha sorprendido la avaricia de la gente en posiciones en las cuales no necesita el dinero. Tienen mucho y, sin embargo, quieren más. Peter Eigen, fundador de Transparencia Internacional, habla de la anécdota de un investigador de salud en el Japón que durante años estuvo a cargo de una importación de plasma infectado con sida. Y lo debió hacer por muy poca plata... Hay casos en los que no se entienden las razones.
Uno de los problemas es la falta de denuncia...
Esta actitud existe en muchos países. Si tengo información, por qué arriesgarme a un problema, si no va a hacer la diferencia. No sé en Colombia, pero en muchos países la Policía es una de las organizaciones más corruptas, entonces, ¿cómo voy a hablar con ella? Todos esos factores hacen que el público sea reacio a suministrar información. Como no se trata de un crimen, sino de algo por debajo de la mesa, hecho en la oscuridad, nadie lo va a saber y ambas partes están contentas. Pero sin denuncias, los investigadores no pueden hacer nada.
¿Este cambio se esperaría solo en las nuevas generaciones?
La educación debe hacerse en todos los niveles de la sociedad y en todos los grupos de edad. Existe una edad en la cual el niño sabe la diferencia entre darle una manzana a un profesor por afecto o dársela para que le mejore una nota. Los profesores saben de qué edad se trata. Los jóvenes policías que van por primera vez a las calles también necesitan saber los peligros del soborno. El sargento que los entrena debe darles el mensaje. Los jueces, los líderes políticos, los servidores sociales, todos tienen que encontrar la manera de que el mensaje llegue.
Podría pensarse que se lucha contra algo inamovible.
Si los fundamentos son firmes, se puede constituir algo duradero. En Hong Kong, al principio, dijeron que era una pérdida de tiempo, que era luchar contra una cultura de 5.000 años. Y los cambios han sucedido en el espacio de una generación.
¿El problema es la fragilidad en la voluntad política?
Ese es el punto clave: la voluntad política. Sin ella no podemos ir a ningún lado. Es el Gobierno, a alto nivel, el que debe tomar la decisión. De lo contrario, la lucha es frágil. Y esa voluntad política es como la llama de una pequeña vela: cualquier brisa política puede apagarla. ¿Cómo fortalecerla? Una manera es no tomar a la gente por sorpresa: los ciudadanos deben expresar sus pensamientos y darse cuenta de los valores de tener esta causa contra la corrupción.
¿Qué efectos produce ganar esta batalla?
Si se le preguntara a alguien de Hong Kong si vale la pena luchar contra la corrupción, encontraría esta pregunta muy extraña. Dirían que es la mejor inversión que han hecho. Los empresarios, que antes pedían que se mantuvieran lejos de sus negocios, hoy dirían lo mismo.
¿Existe diferencia entre corrupción pública y privada?
El mecanismo es el mismo. Si existe corrupción en una comunidad por mucho tiempo, se afectan todos los niveles. En el sector privado, puede ser tan dañina o letal para el país como en el sector público. Por supuesto, lo que encontramos es que la mayor parte de quejas tienen que ver con el sector público, pero esta proporción ha cambiado.
¿Hay corrupción pequeña?
Sí. Darle unos pesos a alguien para que nos encuentre un cupo en el parqueadero, por ejemplo. El error es pensar que esa no es importante.
María Paulina Ortiz
Redacción EL TIEMPO
Redacción EL TIEMPO
quarta-feira, 12 de outubro de 2011
O OCASO DA RAZÃO
Ao ensejo do meu artigo intitulado: "Doutor Lula" (publicado no diário O Estado de São Paulo em 10-10-2011, pg. A-2) tenho recebido algumas críticas indignadas de petistas (quatro, em total) e mais de 80 mensagens de leitores do jornal, parabenizando-me pela análise que fiz da era Lula. Coloco, a seguir, esclarecedor artigo de um dos meus leitores (Oswaldo Colombo Filho). Esse artigo já tinha sido publicado pelo Diário da Manhã - Goiás - 12/10/2011, e tem como título o mesmo com que inicio esta entrada. A seguir, o artigo mencionado:
A desventura de uma nação é correspondente ao avanço moral expresso em suas manifestações culturais. Eis aqui que se constata a clara expressão desta assertiva ao observarmos que a escola de samba “gaviões da fiel”, expressão minúscula até na razão de existir, e fazer-se de representante de milhões de torcedores de uma tradicional agremiação de futebol, na divulgação da letra do seu samba enredo para o próximo carnaval. Acertou em cheio na homenagem a lula na frase que diz - “que deus pai iluminou”. O “deus pai” que o iluminou, e pelo que fez em se tratando da homenagem ali prestada, de fato não é um Deus que mereça letra maiúscula e não por ignorância apenas que a vã filosofia perdoaria de quem seja o compositor da "obra prima", mas sim porque um Ser Superior não unge mérito à patifaria, ao deboche e ao escárnio que se possa fazer ao exemplo moral que prima quem quer que seja nos seus mínimos atos.
Mais adiante a composição solfeja: “O poder regendo seu destino! Na cidade grande a esperança... O futuro promissor!” – Contrários a toda noção de justiça e do progresso moral, aqueles que forem ao desfile carnavalesco assistirão uma notável demonstração da visão circunscrita a uma existência miserável, serva do populismo e da pilantragem da politicalha. Sem motivos de constrangimento, espero que o corso tenha um carro alegórico em homenagem ao mensalão, e nele imagens marcantes das figuras ilustres dos grandes cumpanheiros da jornada iluminada por algum deus pagão. Que ali estejam representados os também moralmente minúsculos poderes republicanos, e desde o mestre sala até a ala das baianas se demostre a saga “que iluminou” o esvaziamento da moral na coisa pública nacional. Que não esqueçam homenagem triunfal aos vassalos - os analfabetos políticos, a classe estudantil chapa branca ou a vergonhosamente alienada nas suas festas com farta distribuição de bebida e droga. Façam ainda júbilo à base parlamentar fisiológica aliada, e demostrem o sarcasmo com a saúde pública, segurança, aos aposentados, educação, saneamento etc..
Não há efeito sem causa, pois o nada não produz coisa alguma; portanto, o que move uma entidade carnavalesca em homenagear o malfazejo está em seu íntimo. Perscrutando a nós mesmos, encontramos neste momento muitos movimentos sociais buscando levar milhares de pessoas às ruas em protestos pela banalização da justiça nas mais altas cortes, pela incompetência irrestrita da politicalha nos mais altos postos da nação, contra a corrupção em todos os cantos; e eis que surge aquilo que chamam de viva expressão da nossa cultura - o carnaval - despontando nas esquinas e homenageando aquele que nos faz de Alecrins e Colombinas. Deveríamos nos decepcionar? Jamais; Deus é mais íntimo a nós que nós mesmos; cada um traça seu destino, e é difícil libertar os tolos das amarras que tanto veneram como já disse um sábio.
A lula deve caber qualquer tipo de entendimento e homenagem desde samba enredo até títulos honoríficos; pois desde Calígula eles sempre foram fartos e adjetos à moralidade. Mais do que tudo, o louvado pela “gaviões” empurrou ladeira abaixo a desconstrução das instituições do Estado brasileiro. Acintosamente comprou votos de hipotéticos representantes do povo, e posteriormente disse candidamente que nada sabia. Alega que o "mensalão nunca existiu". Subverteu as Cortes do País colocando-as a serviço do poder partidário (o seu). Como as coisas andam, a política nada mais é do a que corrupção em todos os sentidos e valores.
Um palanqueiro nato, bem apropriado a incentivar festas de peão boiadeiro, quermesses juninas, da cerveja; da cachaça! Um demagogo por excelência que sabe falar a língua dos “espertos” que se ajustam à ele pela sintonia do seu baixo padrão moral. Um populista que pauta seu carisma na excrescência verbal e na apologia da ignorância, na falácia de “pai dos pobres” que os protege das imaginárias elites, etilicamente criadas. Deu-lhes o Bolsa-Família que inegavelmente auxiliou, porém sem contrapartida social; pois a verdadeira contrapartida foi na boca da urna eleitoral. Diz ter criado maior classe média, porém assim o fez ficticiamente e estão estas iludidas entregues aos rentistas que financiaram as suas campanhas e agora custeiam, a peso de ouro, as palestra do ilustre e homenageado apedeuta. Enquanto isso milhares de professores, bombeiros e policiais buscam a mínima dignidade em seus salários. Para estas profissões não há cabide de emprego muito menos pistolão.
sábado, 1 de outubro de 2011
A FESTA DOS SONHOS NA ARGENTINA
O Presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), semeador de bibliotecas populares no seu país e autor do clássico Facundo: civilización y barbarie en la pampa argentina (1845). |
En todo el país / Convocatoria de la Fundación Leer
La magia de los libros unió a más de 3.800.000 personas
La 9a Maratón Nacional de Lectura atrajo a niños desde Misiones hasta Tierra del Fuego
Luisa, con los ojos enormes que sólo se tienen a los seis años, miraba y rogaba. Miraba a la artista y escritora Ana Padovani, que relataba una historia tan tierna como su gesto de sorpresa. Pero, sobre todo, rogaba al cielo -que a esa hora de la mañana se encontraba nublado- que nada rompiera el hechizo, ese que había hecho posible que los elefantes del zoológico porteño se acercaran a ella, oriunda del Tigre, mientras escuchaba la historia.
No muy lejos de ahí, Chiara, de ocho años y vecina de Villa Crespo, gritó de golpe: "¡Huy, miren! ¡Es igual a la «se»!", y Nik, que garabateaba un Gaturro disfrazado de princesa, festejó con risas la ocurrencia.
Brenda también rió, miró y festejó con los libros sobre su falda, pero un poco más tarde que las demás. Lo hizo cuando volvió corriendo a su escuela, a las 15, en la Base Esperanza de la Antártida Argentina, donde vive, para contar que por fin se había roto el hielo en la bahía y que había podido "pispear" una medusa, piedras... y el mar.
Ellas tres no se conocen, pero ayer estuvieron hermanadas en la 9a Maratón Nacional de Lectura, organizada por la Fundación Leer, que en la ciudad de Buenos Aires se hizo en el Zoológico, pero que se repitió en todo el país y unió a más de 3.800.000 alumnos, docentes y padres (200.000 más que en 2010) que por un rato se entregaron a la apasionante tarea de leer un libro. Participaron 13.000 instituciones, con un solo objetivo: destacar la importancia que tiene la lectura en el futuro desarrollo de los chicos.
Este año, el lema fue "Rutas, caminos y senderos de papel y tinta: un viaje a la Argentina de los libros", y asistieron todos los convocados, desde Canela, Ana María Shua hasta el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, el único que aludió a la política en una jornada puramente literaria. Es que los 1000 chicos que estuvieron en el zoológico querían más que nada ver a las suricatas, o a Nik para aprender cómo se hace un dibujo. Por eso, cuando el humorista comenzó con los trazos, Chiara vio en los contornos dibujados el rostro de la "se", su maestra. (Aclaración: antes se decía "señorita", luego "seño" y ahora sólo una sílaba.)
¿Cómo llamarán los chicos de la escuela wichi Indio Mataco a sus maestras? No lo sabemos, pero lo único que importa es que ayer ellos también se unieron a la maratón. El establecimiento está ubicado en la ruta nacional 34, en General Mosconi, Salta, adonde pocas cosas llegan pero no faltaron los libros: la Fundación Leer se encargó de que ayer los chicos leyeran textos seleccionados por ellos, y otros recomendados por los docentes y luego hicieron una ronda de comentarios entre todos.
Allá no tuvieron las 36 postas que se instalaron en el zoológico, sino las mismas ganas. Y lo mismo ocurrió en Jujuy, San Luis, Tucumán, Entre Ríos, Misiones; en fin, en todas las provincias que se unieron para leer un texto. Como en Villa Cañás, Santa Fe, donde la directora del colegio San José, parroquial y gratuito, Alejandra Pazzelli, describió el evento como "una experiencia maravillosa, fascinante". Y detalló: "A la mañana hicimos lectura silenciosa y después una ex docente, Patricia Carri, vino a leernos un cuento de Roberto Fontanarrosa. Los chicos estaban absortos, sonrientes, haciendo guiños entre ellos cuando se sentían identificados con los personajes".
En Resistencia, Chaco, el Centro Comunitario Villa Elisa preparó narraciones de cuentos con el plus de que fueron los chicos los que crearon el final de la historia y luego hicieron actividades plásticas sobre las narraciones: dicen los organizadores que hubo muchos duendes, hadas y brujitas dibujados.
La provincia de San Juan, donde nació Domingo Faustino Sarmiento, participó de la maratón a través de la Escuela Francisco Javier Muñiz, en cuyo patio los alumnos y docentes contaron leyendas de la zona. Al sur del mundo, en Río Grande, Tierra del Fuego, el Jardín de Infantes N° 16 Raíces y Alas presentó "Historia de un domingo 7", de María Elena Walsh.
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