El pasado domingo los colombianos eligieron a Juan Manuel Santos Presidente de la República. El nuevo mandatario tomará posesión el próximo 7 de agosto. Hubo un consenso nacional acerca del nuevo Presidente. Vale la pena ver lo que los analistas internacionales dicen acerca de él. Transcribiré, a continuación, artículo del periodista estadounidense Andrés Oppenheimer, publicado en el diario El Colombiano, de Medellín, el 27 de Junio de 2010.
Por: Andrés Oppenheimer
Préstenle atención a Colombia. Tras la aplastante victoria electoral de Juan Manuel Santos, Colombia podría seguir los pasos de Brasil, Chile y Perú y convertirse en la próxima estrella económica de Latinoamérica.
Es verdad que muchas cosas pueden salir mal, incluyendo un resurgimiento de la violencia guerrillera, y de las tensiones con Venezuela y Ecuador. Pero varios observadores bien situados me citaron cuatro razones por las que Colombia podría despegar bajo el gobierno de Santos.
En primer lugar, Santos, quien fue ministro de Defensa del presidente saliente Uribe, ganó con casi el 70 por ciento de los votos, y con 2 millones de votos más de los que obtuvo Uribe en su última elección. Eso le dará a Santos una sólida mayoría en el Congreso, lo que le permitirá atraer inversiones con garantías de continuidad económica.
Colombia es ya el cuarto mayor receptor de inversiones extranjeras de Latinoamérica, según un reciente informe de las Naciones Unidas. Y muchos economistas creen que Santos logrará cumplir su promesa de campaña de llegar a un crecimiento económico del 6 por ciento en dos años, porque su primera prioridad será la economía.
A diferencia de Uribe, que es abogado de profesión, Santos es un economista graduado en la Universidad de Kansas y de la London School of Economics, que empezó su carrera gubernamental como ministro de Comercio Exterior, y luego fue ministro de Finanzas. No resulta sorprendente que su primera designación haya sido la de su futuro ministro de Finanzas, Juan Carlos Echeverry.
En segundo lugar, es posible que Santos tenga mejores posibilidades que Uribe de conseguir que el Congreso estadounidense ratifique el acuerdo de libre comercio que fue firmado por el ex presidente George W. Bush y Uribe en el 2006.
Los demócratas en el Congreso de Estados Unidos se han negado a ratificar el acuerdo por las violaciones de los derechos humanos cometidas contra los sindicalistas en Colombia. Sin embargo, fuentes del Congreso de Estados Unidos me dicen que la mayoría demócrata del Congreso no someterá a voto el acuerdo antes de las elecciones parlamentarias de noviembre, y que lo que ocurra después dependerá del resultado de esas elecciones.
En tercer lugar, Santos tiene una personalidad menos mercurial que Uribe y es probable que alivie las tensiones tanto a nivel nacional como con los países vecinos, afirman los observadores.
En cuarto lugar, Santos prometió en su discurso de aceptación luchar contra la impunidad y mejorar los vínculos presidenciales con el sistema judicial, para mejorar la situación de los d.h..
Creo que existe por lo menos un cincuenta por ciento de posibilidades de que Santos le dé un empujón a Colombia, aprovechando la estabilidad económica que heredó, el mandato que acaba de recibir en las urnas y su experiencia en el manejo de la economía. Si le va razonablemente bien, Colombia podría ser la próxima estrella emergente de la región.
Es verdad que muchas cosas pueden salir mal, incluyendo un resurgimiento de la violencia guerrillera, y de las tensiones con Venezuela y Ecuador. Pero varios observadores bien situados me citaron cuatro razones por las que Colombia podría despegar bajo el gobierno de Santos.
En primer lugar, Santos, quien fue ministro de Defensa del presidente saliente Uribe, ganó con casi el 70 por ciento de los votos, y con 2 millones de votos más de los que obtuvo Uribe en su última elección. Eso le dará a Santos una sólida mayoría en el Congreso, lo que le permitirá atraer inversiones con garantías de continuidad económica.
Colombia es ya el cuarto mayor receptor de inversiones extranjeras de Latinoamérica, según un reciente informe de las Naciones Unidas. Y muchos economistas creen que Santos logrará cumplir su promesa de campaña de llegar a un crecimiento económico del 6 por ciento en dos años, porque su primera prioridad será la economía.
A diferencia de Uribe, que es abogado de profesión, Santos es un economista graduado en la Universidad de Kansas y de la London School of Economics, que empezó su carrera gubernamental como ministro de Comercio Exterior, y luego fue ministro de Finanzas. No resulta sorprendente que su primera designación haya sido la de su futuro ministro de Finanzas, Juan Carlos Echeverry.
En segundo lugar, es posible que Santos tenga mejores posibilidades que Uribe de conseguir que el Congreso estadounidense ratifique el acuerdo de libre comercio que fue firmado por el ex presidente George W. Bush y Uribe en el 2006.
Los demócratas en el Congreso de Estados Unidos se han negado a ratificar el acuerdo por las violaciones de los derechos humanos cometidas contra los sindicalistas en Colombia. Sin embargo, fuentes del Congreso de Estados Unidos me dicen que la mayoría demócrata del Congreso no someterá a voto el acuerdo antes de las elecciones parlamentarias de noviembre, y que lo que ocurra después dependerá del resultado de esas elecciones.
En tercer lugar, Santos tiene una personalidad menos mercurial que Uribe y es probable que alivie las tensiones tanto a nivel nacional como con los países vecinos, afirman los observadores.
En cuarto lugar, Santos prometió en su discurso de aceptación luchar contra la impunidad y mejorar los vínculos presidenciales con el sistema judicial, para mejorar la situación de los d.h..
Creo que existe por lo menos un cincuenta por ciento de posibilidades de que Santos le dé un empujón a Colombia, aprovechando la estabilidad económica que heredó, el mandato que acaba de recibir en las urnas y su experiencia en el manejo de la economía. Si le va razonablemente bien, Colombia podría ser la próxima estrella emergente de la región.
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