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quinta-feira, 23 de julho de 2009

AIRES CANADIENSES


La Tour y el centro de Toronto vistos desde el Lago Ontario


Lina Y Vitória frente al Royal Museum de Toronto


Vista general sobre el Lago Ontario y parte de la ciudad de Toronto, desde La Tour


Niagara Falls


Este cronista de paseo por el Lago Ontario


Amigos: un breve comentario para registrar mis impresiones en este bello país, el Canadá, lleno de lagos inmensos y de animalitos árticos. El Estado, por aquí, aparece poco pero, por lo que se ve, es muy eficiente. Transportes excelentes para todos, cobertura social integral, seguridad, educación, limpieza.

En nuestros países latinoamericanos, especialmente en Brasil, el Estado aparece mucho y nada o casi nada hace por el bienestar de los ciudadanos. Veo a las personas aquí, en el suburbio de Toronto, alegres, tranquilas, entran al trabajo a las ocho de la mañana y religiosamente salen a eso de las cuatro de la tarde, todo mundo sin prisa, en orden, caminando sin tumulto para tomar el metro, el bus o el tren. Llegan a sus casas a eso de las cinco de la tarde para vivir despreocupados su vida de hogar, del día a día.

En Brasil, cuando llego al hogar por la nochecita, salgo con mi esposa a darle un paseíto a la perrita en el parque del frente de mi casa. Tenemos que hacerles el quite a los adolescentes maleducados que nos atropellan con sus bicicletas o que nos chutan la bola en la cara. La inseguridad urbana se ha instalado en las urbes brasileñas. La policía es corporativista y no funciona para el ciudadano. Los individuos no han sido educados para la ciudadanía y desconocen, en general, los derechos de sus semejantes. La absurda legislación laboral inspirada en Mussolini entorpece las relaciones de trabajo y la informalidad y el desempleo campean. No es raro encontrar en frente al edificio mendigos que piden limosna y que se instalan en la entrada del garage. Eso a pesar de la "bolsa familia" que Lula dizque les distribuye a los más pobres, claro que sin que entre los que se benefician de este regalo gubernamental se encuentren los mendigos de la placita en donde queda nuestro edificio. Al encender la TV, comienza la comedia de vanidades y de delitos que es el noticiero de la cadena local: Lula autorizó gastos sin límite, Sarney roba y roba y no sale, más balas perdidas y muertos inocentes en las calles de Rio de Janeiro, los Partidos no se mueven frente al clamor popular, etc. etc.

Aquí por lo menos el Estado les garantiza a los ciudadanos tranquilidad para llegar en casa y divertirse en sus actividades domésticas, con los innumerables canales de TV a disposición del público, sin que tengan que pagar una extorsiva cuota que garantiza pocas opciones. La calidad de vida, mis amigos, consiste, como dicen los pensadores liberales, especialmente Tocqueville, en la "libertad negativa", que nos permite ir y venir sin que tengamos el temor de perder la vida o los bienes en la primera esquina. Es gozar la salud, la vida y la propiedad, sin temor de que las cosas y los bienes que apreciamos nos sean arrebatados. Es la seguridad jurídica que garantiza que las reglas de juego no van a ser alteradas de la noche a la mañana.

Lo que nos atormenta en Latinoamérica es esa inseguridad que mata al patriotismo. Es la falta que hace la seguridad que los ciudadanos disfrutan en estos países, como el Canadá, en los que el Estado está al servicio de la sociedad, y no viceversa. Por esto y solamente por esto es que muchos salen de Latinoamérica para tratar de hacer su vida en este medio. Nada más que eso: vivir la vida diaria sin sobresaltos, algo que el Estado les robó a los ciudadanos en los países herederos de la tradición ibérica. Poco y mucho. Pero ese poco es el que les garantiza a las personas el espacio para vivir su proyecto de felicidad cotidiana. Y este mucho es la diferencia que hay entre los eternos países del futuro y los que han llegado al hoy del desarrollo y del bienestar para todos.

3 comentários:

  1. Gatinho.
    Achei teu artigo muito bom e oportuno. O que temos visto e ouvido na televisão, e lido nos jornais, nos dá vontade de sair, mas já é tarde. Hoje fiquei, ou melhor, ficamos, nós brasileiros, sabendo do perigo que representa o uso de cartão de crédito. As estratégias pilantras são inacreditáves. É verdade que a nossa infelicidade é de ter havido colonização ibero-católica, mas agora é tarde e vamos continuar na merda. Parabéns. Gostei tanto que nem tive dificuldade de ler em espanhol. Aliás, acho que é um pouco de babaquice minha.
    Beijos. Te amo
    Gatinha

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  2. Professor, grandes observações. Também sinto que o mais triste do Brasil, neste momento, é a violência e a queda institucional que estamos vivendo. Não se pode fazer nada nas ruas de qualquer metrópole... E, na política, o problema não é se descobrir escândalos, mas tratá-los dessa forma, como se fossem nada, ou meras invenções da imprensa. Abraços e saudações de Champaign!

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  3. Olá, Ricardo.
    Comparar Brasil e Canadá nos faz chegar ao final do texto com a inquietação de por que eu nasci aqui. Ou quanto custa a passagem para o país gelado e quando sai o próximo avião!
    De todo mundo foi muito oportuna sua observação, o que nos cabe na verdade não é abandonar o que há aqui e fugir, mas cuidar de arrumar o que é nosso!
    Grande abraço, Professor!

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